
Recordad al ser carnosas no necesitan mucha agua y quieren mucho sol.
Una vez hecho esto, dejamos el tallo en un vaso con agua, en un lugar fresco, pero bien luminoso, para favorecer el crecimiento. Tendremos que cambiar el líquido de vez en cuando, sobre todo cuando éste se vaya enturbiando. Una vez haya arraigado, sólo tendremos que transplantarlo a la tierra.
Si ves que la planta crece poco o no adquiere el vigor adecuado, puedes enriquecer la tierra con fertilizante líquido. Introduciremos este tipo de abono con el agua de riego cada dos semanas en primavera. Ten cuidado con los ataques de las moscas blancas y con la araña roja, aunque generalmente se eliminan bien con insecticidas comunes.